La gravedad es implacable y los escaladores somos unos pesados, siempre tratando de retarla!
Desconozco el mecanismo fisiológico que permite a ciertos animales invernar durante meses y volver a la carga con su capacidades psicomotrices prácticamente intactas. Llegue a pensar que a mí me pasaría lo mismo y que sólo sería un paréntesis en mi vida, que en el momento que lo abriera, todo volvería a la normalidad.
Pero no!!, ha sido duro volver a caminar! ...La primera vez que posé el pié en el suelo un agujero negro hacia el infinito me impedía mantenerme en posición vertical.
Que coño, estoy vivo y vuelvo a andar!!
Agradezco en corazón y alma a todos los conocidos, amigos y familiares el apoyo en estos meses de luces y sombras. Os quiero.
Sin vuestro cariño y amor esto no hubiera sido posible.
ESTE POST VA POR VOSOTROS!
Los días que más me dolía el píe soñaba que despertaba en mi paraíso, que sí existe; hace un par de días estuve en el valle de Otal y me pareció que volvía a "volar "...
La semana pasada volvía a mi querido barranco de los Gabietos; Ay, cuanto te he echado de menos!!!
En compañía de Alex en la base del primer largo le pedí que me dejara abrirlo. Fueron 60 metros de cuerda en los que media vida me paso por la cabeza, las lagrimas se mezclaban con este afluente del Ara. Intenso y muy gratificante, que mas puedo decir.
A continuación varias fotos del Grau o Gabietos;
Alex saliendo por lo más tieso.
Llegando a la última reunión.
Rápel de bajada para conectar el camino.
El Vignemale queda en la lejanía
Tal y como empezaba este post acaba.
Todavía quedan largas horas tendido en la pradera de Otal observando el cresterío de la Roya, disfrutando del vuelo del águila y quebrantahuesos en busca del giro imposible. Llegaran nuevas tormentas y las chovas abandonaran la alta montaña hasta que amaine el temporal para volver a las altas cumbres y solitarios valles.
Hoy puedo atestiguar que el sol vuelve al valle de Otal tras un duro invierno!!