Han pasado días desde esta escalada y por fín saco ganas de contar lo que acontecio durante esta gran jornada de Pirinéismo. Jacinto y Aitor se asomarón a las entrañas del macizo de Ordesa y Monte Perdido en Compañía del que escribe. El objetivo pasaba por escalar la " Quintana " D+, 300m.
Hay varias opciones para escalar esta bonita ruta. Salir de España y dormir en la " Pocilga de Electricas " para acometer la escalada al día siguiente. Vivaquear en la base de la N del Taillón o, en ocasiones, se aproxima desde la estación de Esqui de Gavarnie hasta esta ruta. Nosotros optamos por la dura opción de intentar la ruta en el día desde San Nicolas. Tras 1500 metros de desnivel se consigue llegar al precioso y discreto glaciar de los Gabietos. Hacía bastante frío, la temperatura se sitúo sobre los - 10cº, pero llegamos pronto a las cercanías de la ruta y Aitor y yo entramos en la ruta. Jacinto aquejado de unos calambres se quedo esperando en la " Nevera ". Las condiciones de la nieve eran de polvo dura y el hielo estaba muy picado por el paso de las numerosas cordadas pero la ruta es bella en su recorrido.
Aitor, aunque algo cansado tras los 1600 metros de desnivel hasta el primer largo, se recuperó muy bien con el té y el generoso almuerzo del que disfrutamos. Había que moverse rápido para no helarse con las bajas temperaturas que teníamos y asi lo hicimos.
Poco a poco fúimos ganando metros en esta vertical ruta y disfrutabamos en todo momento de espectaculares vistas sobre la Cara Este de Los Gabietos. Jacinto abandonaba el Glaciar en compañía de varias cordadas que se retiraban hacía el Puerto de Bujaruelo.
El horario se fue cumpliendo pero las gélidas temperaturas - 14cº y la sequía de los últimos largos ralentizo mucho la escalada en las tres últimas tiradas. Sobre las 15 pm un frente Atlantico que se anunciaba para la medianoche se adelantó y comenzó a precipitar nieve acompañada de ventisca. Dada la altura a la que nos encontrabamos, decidí salir por arriba de la ruta no sin complicaciones dado el cansancio acumulado por Aitor.
Una gran ventisca nos sorprendía a las 16 pm cuando finalizabamos nuestra escalada en las cercanías de la cima del Taillón. Comimos y bebimos para reponer fuerzas y me preparé para una larga y tediosa bajada sin visibilidad. Aitor no llevaba sus gafas de ventisca y a su gran cansancio se unía su falta de visión. Destrepamos hacía el cuello de los Gabietos con gran tensión donde entre el kaos conseguimos localizar la diagonal de descenso al Glaciar.
La cara de Aitor estaba tapizada por el Hielo mientras cada poco tenía que rascar mis gafas de ventisca para eliminar la nieve pegada. Estabamos en la boca del infierno. No se véia un pimiento y a cada paso Aitor paraba para poder recobrar el aliento. La noche acecegaba y quería llegar al glaciar antes de que nos atrapara a toda costa. Tuve que montar algún descuelgue para agilizar el descenso pero la gran cantidad de nieve caida animaba a evitar las purgas no alejandonos de la pared. Por otro lado la ventisca estaba formando sigilosas placas de viento que acechaban en la zona menos escarpadas.
Tras sobrepasar dos conos de deyección de coladas conseguimos llegar al glaciar ya de noche.
Con las pestañas pegadas por la ventisca y caminando de espaldas busqué el destrepe del glaciar hacia el collado. Continuamente daba animos y vitoreaba a Aitor, pero no podía evitar atisbando su antártico rostro entre la ventisca iluminado por la tenúe luz de mi frontal, pensar que lo que estaba sufriendo el pobre Aitor!
No bajé la guardía y entre la penumbra y el nevadón acompañado de fuertes rachas de viento conseguimos arribar a las 23 pm a San Nicolas de Bujaruelo tras 18 horas de actividad.
Debo agradecer a Jacinto que se apañara para bajar hasta Torla y a Aitor darle mí enhorabuena por su coraje. Zorionak Marinela!
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